sábado, febrero 26, 2011

Hannover

Tuve la oportunidad de tocar en Hannover para un grupo latino. Quiero expresar mi agradecimiento a los que gestionaron el espacio musical (Centro Argentino en Hannover) y también a los que sostienen el proyecto de unificación de hispano-hablantes en Alemania (Casa Latina en Hannover).
Es una tarde hermosa de invierno. LLegamos pasado el mediodía a la sala donde se reunen los grupos latinos y de inmediato nos han recibido muy amablemente. Kafee kuchen nos han ofrecido y ha sido renovador después de horas de viaje.
Ellos hacen una encuesta de los 45+ (cuarentaycinco plus), sus inquietudes, su esperanza en el futuro... ese va a ser el leitmotiv de mi presentación, mis palabras y las canciones mas tarde.
La música tiene el poder de emocionar -pienso minutos antes del comienzo- pero la palabra también -me recuerdo- mientras ellos se acomodan a mi alrededor para escucharme.
Hace tiempo que no voy a sentir esa conexión con el público, va a ser un momento inolvidable para mi. Canto. Interpreto canciones mias y no mias. Entre las mías elijo sólamente las que siento en este momento. Entre las no mías, elijo lo que he venido preparando sobre el cancionero popular (y no tanto) argentino (y no tanto).
Me he sentido muy bien, la música ha sido un placer para mi, hubo contacto con la gente, el «concierto» fue un intercambio de canciones, relatos y comentarios de las personas que estaban ahi. Así me gustan los conciertos, donde la gente es parte y su voz también se escucha.
Gracias a todos esta tarde, gracias por acercarse y devolverme su impresión y su gratitud también.
(La tarde del 20 de febrero del 2011)

sábado, febrero 19, 2011

Kein foto!


No foto! -dijo- Era una señora de un puesto de artesanias de un mercado en Berlín.
Había colgado de uno de los extremos superiores un cuadro con la pintura de un gato rojo.
Hace un tiempo que me gustan los gatos. Pienso que realmente logran despertarnos emociones extremas, son fascinantes.
La pintura era hermosa. Un enorme gato rojo dibujado de una manera que parecía texturado. Aunque había visto hasta entonces muchas pinturas, dibujos, comics y hasta llaveros de gatos, ésta en particular me gustaba mucho. La mirada, la expresión del gato era diferente, estaba como observando realmente hacia afuera, casi diría, como mirándome. No era la típica expresión indiferente de los gatos; no, era distinta, como si estuviera contento.
Nunca he visto un gato que se ría, al menos no en persona. He visto en cambio caricaturas o dibujos de gatos con sonrisas amplias, pero no es lo mismo. En cambio en esta pintura, algo me hacía intuir algo mas. No sonreía, pero casi. Y además su postura. Se encontraba de pié con su cola levemente hacia arriba y sus orejas orientadas hacia adelante, como si acabara de detener su marcha porque algo le llamó la atención. Era la foto! y cuando me disponía a disparar.... ¡No! no foto!
Me dió rabia ¿A quién molestaba con mi foto? ¿Creería esta mujer que yo iba a comercializar algo? ¿Pensaría talvés que la pondría en mi perfil de facebook? No se. Pero yo solo quería tener una instantanea de aquel instantaneo y estupendo gato.
A veces creo que la gente no se da cuenta del daño que nos hace prohibiéndonos cosas...
Decidí vengar tanta amargura y bronca.
Era la pintura de un gato como jamás la había visto; texturada, con matices en todos los tonos del rojo, atrevida, fascinante, un momento eterno que se desvanecía mientras me alejaba de la figura... y esa expresión... inolvidable, cómica, en un gesto de complicidad con mi frustrada fotografía, una casi sonrisa, toda una rareza en el mundo de los gatos... y juré vengarme.
Una imagen vale mas que mil palabras, pero cuando se carece de ella, es el único recurso, al menos por ahora, que nos queda.
Kein foto! -dijo, pero se olvidó de las palabras...
¡Tomá Frau! Prohibime ahora la palabra!

miércoles, febrero 02, 2011

Cristina

Anoche soñé con Cristina. Tal cual, Cristina. Que privilegio y que placer.
No sé bien donde estábamos, pero se que llegué y la vi mirando unos discos mios, cerca de ella estaba Depre (un amigo mio), por un momento pensé: "ni esta se salva..." pero no, había algo mas. Hablaba poco, y aunque venía mucha gente para tratar de saludarla, ella amablemente los miraba y hacía un gesto con la cabeza y seguía hundida en la lectura de la parte trasera de la caja de los discos.
En un momento hablé con ella y le dije que tal vez podría ayudarme. Me miró, sonrió brevemente y dijo que si.
Rato mas tarde aparecieron en su mano discos míos y de Depre, estaban hechos a mano, dibujados uno por uno. Pensé... porqué no se lleva de los que ya tengo listos? Pero no. Eligió estos en los cuales había una canción nueva y el resto eran viejas, repetidas siempre dos veces.
-Se me hizo tarde -dijo de pronto- y se fue buscando la calle. Preguntó a algunos transeúntes sorprendidos donde quedaba la parada del colectivo, y le indicaron la esquina. Yo veía y no podía creer, estaba conmocionado.
No supe mas de ella ni del asunto. Pero unos días después, desde el estrado presidencial y luego de avanzar sobre una multitud, se detuvo y miró a todos. Se mantuvo en silencio durante unos minutos mientras la gente se iba silenciando. Continuó mirando a ambos lados y a lo lejos ante la incertidumbre de cientos de personas y medios de comunicación que permanecían tensos con sus micrófonos abiertos en comunicación directa con las emisoras enmudecidas. Las cámaras de televisión con las luces encendidas y las pantallas de miles y millones de hogares, también tensas ante la imagen de la mujer al frente de todos y con un mensaje que no se escucha todos los días, es mas, nunca se había escuchado.
Sonrió levemente, con una sonrisa sincera pero cómplice y levanto algo con su mano. No se veía bien, pero se pudo adivinar que eran unos pequeños papeles. Miró nuevamente y dijo de una sola vez y con voz pausada y convincente: " no se vayan a perder de escuchar las canciones del Dante Poligritte". Dicho esto se retiró. La gente comenzó a mirarse entre si totalmente confundida, asombrada. El murmullo empezó a crecer mas y mas mientras la mujer se alejaba decidida y triunfal.
Desde ese día no ha parado de sonar el teléfono y de llenarse mi casilla de correo con miles de mensajes preguntando porqué Cristina me mencionó de esa manera poco habitual en una conferencia de prensa y sobre todo que relación amistosa tenemos etc.
Que se yo.